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26 de octubre de 2012

Parafraseando a Sabines...

Espero curarme de mi
Me voy a curarme de mi en unos días. Debo dejar defumarte, de beberte, de pensarte. Es posible.
Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me
receto tiempo, abstinencia, amor, contratos, cariño, responsabilidades
soledad, acompañándome una tacita de café.

¿Te parece bien que te quiera nada más unos días?
No es mucho, ni es poco, es bastante. En una
semana, menos o más, se pueden reunir todas las palabras de amor
que se han pronuniciado sobre la tierra y se les
puede prender fuego. Te voy a calentar con esa
hoguera de amor quemado y resurgido. Y también el silencio.
Porque las mejores palabras de amor están entre dos
gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y
subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que
te quiero cuando digo: "que calor hace, "dame
agua", "¿sabes manejar?", "se hizo de noche"... Entre
las gentes a un lado de tus gentes y las mías, te he
dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero.)

Una semana más para reunir todo el amor del
tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú
quieras: guardalo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No
sirve. es cierto. Sólo quiero una semana para
entender las cosas. Porque esto es muy parecido a
estar saliendo de un manicomio para entrar a un
panteón.



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